La búsqueda de Elías

Aviso de contenido

Violencia explicita (gore, contenido sangriento, maltrato, maltrato animal).
Suicidio (o mención).


La oscuridad en el bosque es tremenda, parece como si la luz se negara a entrar en sus confines. Este lugar definitivamente está alejado de la mano de cualquier tipo de deidad que haya sido adorada en la tierra. Si la maldad pudiera respirarse, ésta sería su fuente. Estoy convencido de que este mapa no es una simple baratija de un anticuario codicioso. Si mi sentido de orientación no falla, acabamos de cruzar un brazo seco del cauce del río Estigia.

—Ángelo, ¿tu brújula funciona? — digo al observar que el único instrumento en el que podía confiar en este lugar giraba descontroladamente— Creo que la mía se ha magnetizado.
—No, la mía tampoco funciona Elías, creo que debemos regresar.
—¿Estás loco? — interrogo deteniendo la marcha por unos instantes —No voy a regresar a casa sin ese libro, es mi única oportunidad para salvar a Clara.
—Hombre, esto es una locura, ese libro parece que sólo existe en leyendas populares— gruñe irritado Ángelo —y si es cierto que existe, estaremos muertos antes de que ese monstruo nos lo entregue. 
—¡Calla!, tenga lo que tenga que hacer ese libro volverá en esta mochila con los malditos ingredientes de la pócima que va a curar a mi hija— grito como energúmeno mientras agito un maletín de cuero cubierto con runas célticas de protección que llevo terciado.
—Elías, no seas irracional, las pócimas no van a salvar a tu hija. Ella tiene leucemia y no necesita un padre muerto, te necesita a su lado.
—¡Que no! ¡Que no! No entiendo por qué no quieres aceptarlo, mi hija no tiene leucemia, yo vi cómo esa shtriga atacó a Miranda, le arrancó casi hasta su último aliento de vida y contagió a mi hija con su enfermedad maldita.
—No, Elías, no me vengas con eso, Miranda era mi hermana y yo la amaba con toda mi alma, pero también amo a Clara. Si nos pasa algo a los dos en esta búsqueda sin sentido ¿qué será de la pequeña en sus últimos días? —dice Ángelo sin moverse un milímetro de su posición —Es momento de regresar.
—¡Ya lo entiendo todo! ¡Tienes miedo! ¡Maldito cobarde! — espeto alejándome rápidamente por el camino del cauce seco —Quédate si quieres, yo voy a continuar, estoy seguro de que voy a encontrar ese libro y haré lo que tú no eres capaz. La voy a salvar.
—Elías, regresa, por favor, esto es una locura, Elías…— se ahogan a la distancia los gritos de Ángelo.

El recorrido cada vez se hace más difícil, la soledad es agobiante, después de haber andado cientos de kilómetros finalmente encuentro el curso del agua. Es oscura y aterradora, siento que si la toco me devorará la poca energía que me queda, no veo ni una sola creatura viva en el agua. No hay error, he encontrado la frontera con el mundo de los muertos.

Saco de mi bolsillo un papel amarillento y leo gritando a todo pulmón las siete palabras que me devolverán a mi hija:
Filia sacerdotissae Melissae, Lamia potens, te advoco. 
Parece como si el silencio engullera mis palabras, grito nuevamente con todas mis fuerzas.
Filia sacerdotissae Melissae, Lamia potens, te advoco.

Escucho una voz tenebrosa que me hiela la sangre:
Quis audeat me vocare, Melissarum sapientissimam filiam.
—Lamia, no entiendo lo que dice, pero soy Elías la convoco para pedir su ayuda, solo usted puede salvar a mi hija.
—Mi nombre es Phronesis. Hace siglos no escuchaba esa lengua vulgar de los vivos, ¿cómo es que has llegado tan lejos, humano? — murmulla la voz, aunque aún no puedo identificar de donde proviene.
—Encontré hace años un pergamino que hablaba de la poderosa Lamia, hija de una de las sacerdotisas más poderosas de Hades, con inmensa sabiduría, dueña del libro con la receta de la Cura ad omnes morbos. Ese libro puede salvar a mi hija.
—Sí, ese libro es de mi propiedad. Pero ese libro solo puede cambiar de manos con un sacrificio máximo— dice la voz mientras emerge de las aguas una mano femenina con garras verdes sosteniendo un libro —Antes de tomarlo dime por qué crees que esa cura va a salvar a tu hija.
— Cuando mi Clara era una beba, una maldita shtriga atacó mi hogar mientras yo trabajaba lejos de casa, mi esposa intentó defender a nuestra niña con todas sus fuerzas para alejar a esa bestia de nuestra chiquilla. Ella no logró salvarse, gracias a su sacrificio logró salvar la vida de la niña, pero en su huida la shtriga con una de sus garras cortó a mi pequeña contagiándola de su maldición — confieso con lágrimas en los ojos —. Mi niña ha crecido, pero su salud está cada vez peor, ninguna de las medicinas parece ayudarla. Mi señora, aparte de cuidarla he dedicado cada uno de mis días a buscar una cura hasta que la encontré en una biblioteca muy antigua, en el libro de los muertos. Mi señora, le ruego me ayude— ruego de rodillas hablando hacia el rio.
—Es una triste historia, humano— exclama mientras emerge del agua una mujer bellísima, con la piel muy pálida y escamosa, vestida con una túnica negra, con el anhelado libro en su mano izquierda y en la derecha un báculo coronado por una piedra verde del mismo color de sus garras —Me hubiera gustado que alguien se hubiera preocupado por mí de esa manera.
—¡Señora mía, ayude a este pobre mortal!

El ambiente se torna extraño, un pequeño rayo de luz se filtra desde el cielo iluminando un claro del bosque a la orilla del rio. Phronesis levita desde el Estigia, plantándose sobre la tierra seca.

—Humano, en este libro en efecto tienes la cura que se necesita para salvarla, pero no puedo dártelo. Su poder tiene un alto precio que no puedes pagar— sentencia Phronesis mirándome directamente a los ojos.
—¡No, no es cierto! Yo puedo pagar todo lo que sea necesario, no importa la cantidad que se necesite, puedo conseguirla. —digo mientras me acerco.
—¿Cómo puedes ser tan estúpido? ¿Acaso crees que me interesa el dinero? Darte el libro sería lo de menos humano, aunque no lo sepas eres especial, tienes la esencia de un bien amado de mis tiempos en el mundo de los vivos. Quiero ayudarte, pero para abrirlo debes pagar.
—Pagaré lo que sea. — grito con desesperación
—No, no puedes, debes dar tu vida para abrirlo. Tu Clara no puede quedarse sin ti. Por eso fue atacada, porque, aunque ustedes solo son seres de carne, están impregnados con la bendición de los dioses. Por eso tu pequeña ha resistido tanto esa maldición. Si lo abres debes darme tu vida, son las reglas de mi padre y no se pueden cambiar, se necesitan dos personas en esto, una que lo abra y otra que tome el conocimiento.
— ¡Maldita sea, Ángelo! Su maldita cobardía hizo que regresara y me dejó solo.
—No, humano, te equivocas, entre la hierba desde hace mucho nos observa alguien, debe ser el que mencionas, pero está paralizado por el miedo, no sé de qué te pueda servir en este momento.

Me doy la vuelta y corro a toda velocidad a los matorrales. Ahí está Ángelo aterrado de rodillas. Reacciona tan pronto lo tomo del brazo y me dice:
—¡Encontraste al monstruo!
—Hombre cálmate, ella no es un monstruo, es una amiga y va a ayudarme a salvar a Clara— aclaro mientas le ayudo a incorporarse y lo tomo del brazo llevándolo frente a Phronesis.
—Mi señora Phronesis, él es Ángelo, el tío de mi niña. Él se llevará la receta de la cura si nos lo permites— digo señalando a mi tembloroso cuñado.
—¡Que así sea, Elías! Toma mi daga y entrega tu sangre sobre el sello del libro. ¡Que los dioses te reciban con piedad! — exclama alcanzándome con sus garras una magnifica daga de plata.
—Elías, ¿qué vas a hacer? No cometas una locura, nada garantiza que esto vaya a funcionar – grita Ángelo en un ataque de desesperación poco común en él.
—Tú solo tienes que hacer dos cosas, primero calmarte por que en este estado de ansiedad no me eres útil. Lo segundo, toma de mi maletín un libro negro con letras doradas y escribe todo lo que te muestre mi señora Phronesis. Y no intentes hacerme cambiar de opinión, sólo obedece.

Ángelo se da cuenta de que no va a lograr que cambie de idea, así que toma mi mochila, encontrando la libreta y la pluma. Se arrodilla al lado de Phronesis y está listo para tomar nota.
—Mi Clara, esto es por ti hija mía, para que vivas sana y feliz con tu tío. Para que puedas crecer y crear tu propia familia. Para que veas la belleza del mundo que tu madre y yo amamos. Miranda, amor mío, voy hacia ti. — sentencio tomando la daga con mi mano derecha, cortando mi cuello profundamente dejando que mi sangre se derrame sobre el sello del libro. Empieza a envolverme una luz cegadora, ha llegado mi fin.

Siento que levito, pero no veo nada, solo floto en un espacio vacío y está lleno de paz. Espero pronto encontrar a mi bella Miranda. A lo lejos escucho murmullos, pero no identifico lo que dicen. Empiezo a reconocer esa voz, es Phronesis. De repente siento como su garra me toma de la mano y poco a poco el vacío se aleja de mí.

Abro los ojos y la veo a ella, con su garra sobre mi herida. Miro a la derecha y veo aterrado a Ángelo aferrado a mi mochila, mirándome como si estuviera viendo un milagro.
—No hables Elías, tengo que decirte algo — murmulla Phronesis mientras tomaba mi mano. Yo asiento moviendo mi cabeza suavemente.
—No lo supe hasta que moriste. Solo así pude saber por qué estabas impregnado con divinidad. Elías, tú eres la reencarnación de Menoeceo, él, antes de sacrificarse por Tebas, intentó llevarme nuevamente al mundo de los vivos, pero no pude seguirlo. No pude evitar su muerte, pero ahora si puedo evitar la tuya.

Aunque escucho sus palabras con claridad, creo que no logro entender lo que me explica Phronesis. ¿Es por ello que toda la vida me sentí fuera de lugar? ¿Es por ello que nunca me satisfizo pensar que la vida tenía una sola dimensión?

—Ahora, debes irte, Elías. Ángelo tomó atenta nota de la cura y tiene un mapa especial donde he marcado todos los ingredientes que faltan para la pócima, están aquí en el Valle del Estigia. —dice Phronesis ayudándome a incorporarme
—P… Pero hay un ingrediente que no está marcado en el mapa y no me dio indicaciones de como encontrarlo: caro recens custodis inferni. — dice Ángelo mientras revisa el mapa nuevamente
—Lo sé, sé que no está marcado en el mapa porque ese primer ingrediente lo recibirán de mí, literalmente dice…
—Carne fresca de un guardián del inframundo. — traduzco en voz baja — No sé por qué, pero entiendo lo que significa.
—Hay muchas cosas que prometo que te explicaré, pero por ahora tienes una misión que cumplir. Elías, dame mi daga, es la única arma que podría lastimarme— dice extendiendo su garra hacia mí.
—Aquí esta tu daga, al morir me aferré a ella y no la he soltado hasta ahora.

Phronesis la toma con su garra derecha y corta un tajo de carne del interior de su muslo sin mostrar un atisbo de dolor.
—Llévate esto entre hojas de álamo del inframundo para que cuando reúnas los demás ingredientes siga siendo fresca y esté impoluta— dice mientras me entrega el primer ingrediente de la pócima.
—Pero mi señora, estará usted bien — exclamo mientras intento detener la hemorragia de su pierna, tocando su piel fría y escamosa.
—Elías, esto no es nada para mí, en minutos mi herida habrá sanado. ¡Vete ya!
—Mi señora, ¿Cómo puedo pagarle? — gimo sollozando a sus pies.
—Salva a tu hija y luego vuelve aquí para revelarte tu pasado remoto, ese que aún marca tu vida y trazará tu camino después de la muerte.

Guardo el pequeño paquete en la mochila que custodia Ángelo celosamente y emprendemos el camino por el siguiente ingrediente sin mirar atrás.


Reto  #EstrellasDeTinta2023, las normas las encuentras en https://plumakatty.blogspot.com/2022/12/reto-de-escritura-creativa.html


Los objetivos que cumple son:

PRINCIPAL
Escribe un relato sobre el vínculo entre una criatura sobrenatural y alguien normal.

SECUNDARIOS
Historia sobre la reencarnación.
Narra la búsqueda de los ingredientes necesarios para una poción o conjuro.

Cantidad de palabras: 2022



6 comentarios:

  1. Hola! me parece un relato bastante original pero también que está un poco lastrado por cierto caos dando por supuestas muchas cosas a la persona que lee (Shtriga,Menoeceo, Phronesis) y algunas, no todas las citas en latín no están traducidas lo que puede confundir un poco. El final también sería discutible porque en vez de un relato parece que se trate de un capítulo perteneciente a una obra más larga. Otra cosa que me sorprendió fue que sea el propio personaje que se está suicidando el narrador de la escena. Un relato que tiene muchas cosas buenas y otras habría que, quizá, darles una vuelta.

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    1. Muchas gracias por tus opiniones, siempre tengo en cuenta las observaciones para ir mejorando.

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  2. ¡Hola! Como ya te conté, me gustó mucho este relato y además tuve el honor y el placer de poder ponerle voz en Discord. Es una historia muy bien trenzada, emotiva, con referencias mitológicas muy interesantes que aportan riqueza a la historia, a la par que las frases en latín, que hacen que uno se meta mucho más en la ambientación. Enhorabuena porque te sigues superando.

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    1. Kalen muchas gracias! Tu narración en el Discord estuvo maravillosa. ¡Contratado para las lecturas de mis personajes masculinos! :) Y como siempre muchas gracias por el apoyo que me das con los relatos, me has ayudado mucho a mejorar.

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  3. Genial relato, cumples bien los objetivos y es interesante de seguir jeje, la lectura fue bien y entretenida por discord. Me pareció quizá demasiado complicado cuanto más avanzaba metiendo personajes de leyenda y que queda bastante abierto, pero espero que la cura funcione finalmente. no sé si tienes la intención de seguir el relato, espero que finalmente no fuera un engaño. Quizá estaría bien darle algún repasillo para acabar de pulir, pero muy conseguido. un abrazote.

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    1. Querida Katty muchas gracias por tu comentario, le daré una revisadita, en la lectura me di cuenta que se necesita pulir un par de cosas, así que seguiré tu consejo. Y terminarlo... si quisiera... creo que con los objetivos que me quedan puede suceder...

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