Capítulo II: Operación Pentesilea

El avance de la Operación Pentesilea ha sido un éxito, hemos logrado establecer comunicación con más de veinte enclaves de comunidades rebeldes que están resistiéndose desde el principio. Nada de esto hubiera sido posible si no hubiésemos logrado tomarnos el palacio.

¿Quién iba pensar que un lugar como este se mantendría en tan buenas condiciones por más de cuatro siglos? Cuando nuestros ingenieros propusieron que este fuera el centro de operaciones, sinceramente, pensé que era una locura.

Sin embargo, su ubicación geográfica en el centro de todos los enclaves que hasta el momento habíamos encontrado y la ausencia de radiación en del terreno son argumentos de peso para tomar la decisión de quedarnos aquí. Para mí, como comandante de este equipo élite, mantenerlas a salvo lejos de la radiación es vital para que logremos cumplir nuestra misión.

—¡Comandante! Aquí esta, lo hemos conseguido— gritó, desde la entrada del castillo, Nadira, una de nuestras espías.

—Excelente. ¡Llévalo a la biblioteca! Diana lo espera— ordené bajando rápidamente por las escaleras de piedra hacia la primera planta para reunirme con ellas.

—¡Diana!— dije desde el arco de la puerta —Ha llegado el momento más importante desde que te enrolaste en esta misión. Se han perdido muchas vidas para que tengas acceso a ese ordenador. Nos pediste un equipo que hubiera estado conectado en alguna de sus redes. Pues aquí lo tienes. Haz lo que debas.

—Si, comandante— dijo Diana tomando en sus manos el computador que le entregaba Nadira.

Era evidente que estaba presa de la ansiedad, sus manos temblaban y unas pequeñas gotas de sudor rodaban en su frente. Ella llevó la computadora a una conexión especial que había instalado para darle aislamiento en la red, impidiendo que su dirección IP pudiera ser rastreada y nuestra posición encontrada.

Cuando pudo garantizar la seguridad de la conexión comenzó la búsqueda. Debía conseguir el diseño de los archivos del domo para así poder completar el código del virus que nos permitiría saltar el aislamiento digital.

—Comandante, he logrado ingresar en la red, pero en ninguna de las ubicaciones hay rastro de los planos— musitó en voz baja.

—¿Cómo que no hay planos? Nos dijiste que estabas segura de que podíamos encontrarlos dentro de su red— dije a gritos desde el otro lado de la mesa

—Lo sé, parece como si nunca hubieran estado en su sistema interno. Aún no hemos perdido Comandante. Hay otra forma— dijo Diana mientras se alejaba de la pantalla y buscaba algo dentro de su mochila. —Voy a entrar a la Gorgona—

—¿Diana, estás loca?— pregunté al escucharla —Eres consciente del riesgo de interactuar con esa inteligencia artificial. Sabes muy bien cuántos combatientes hemos perdido con sus acertijos. 

—Es nuestra única opción, no tenemos un plan B, así que vamos directo al Z— dijo, colocándose unas gafas de realidad virtual. —Voy a entrar.

Guardé silencio. Ella tenía razón. Sin esos planos no podría culminar su tarea, si no lográbamos romper el bloqueo toda nuestra misión estaría al borde del fracaso.

Diana estaba de pie frente a la computadora y movía sus brazos frenéticamente, mientras que nosotros, anonadados, tratábamos de entender lo que veíamos en la pantalla que ella había conectado para que supiéramos qué sucedía en su aventura en el mundo virtual de la Gorgona.

De repente, lo que parecía caos quedó completamente organizado. En la pantalla, los bloques de colores que se movían antes a toda velocidad quedaron congelados, convirtiéndose lentamente en un muro gris con una puerta. Diana hizo el ademán de abrirla mientras sonreía y la pantalla se iluminó tan intensamente que tuvimos que apartar la mirada.

Cuando pudimos fijar nuestra atención de nuevo en la pantalla, había una silueta femenina ligeramente borrosa. Una voz digital muy suave dijo mientras su figura cada vez se volvía más nítida:

—¿Por qué crees que la Gorgona estará dispuesta a ayudarte?  Puedo hacer que toda tu misión fracase con un chasquido.

—Antes de que yo llegara hasta aquí, nadie había respondido correctamente tus preguntas, parecen obvias y sencillas. Pero todos fallaron— dijo Diana con una seguridad que jamás habíamos visto en ella. —Yo lo lograré esta vez.

—Ja, ja, ja. Eres una ilusa, mujer, pero tendrás tu oportunidad. Responde: ¿Quién acabó con mi vida como servidora del Templo?

—Atenea— gritó Diana —La diosa Atenea acabó con tu vida.

—¿Cómo te atreves?— gritó, oscureciendo la pantalla completamente —¿Qué has dicho?

—Sí. La que acabó con tu vida fue la diosa que venerabas y amabas, fue ella quien te castigó a ti al ser violada y no hizo nada para defenderte— dijo Diana —Muchos dirían que fue Poseidón, por ser quien profanó tu cuerpo, o Perseo, quien acabó cortando tu cabeza y terminó con tu miseria física. Pero no, lo que a ti realmente te rompió el corazón y te dejó muerta en vida fue el rechazo y odio de tu diosa hacia ti.

—Lárgate de aquí, no hables más— dijo Gorgona —En el archivo que te entrego están los planos del domo. Solo te advierto, nunca regreses, la próxima vez no tendrás tanta suerte.

Diana movió su mano como si los recibiera y los guardara en una carpeta. Rápidamente se quitó las gafas y se sentó en su ordenador. Nosotras estábamos entre asombradas y anonadadas, debo confesar, aún no estoy muy segura de qué fue lo que vimos, pero al parecer seguíamos en la lucha.

—Diana, necesito que te concentres, es urgente que encuentres esa falla del código para poder traspasar el domo. Todos los que estamos aquí, incluyéndote, lo hemos arriesgado todo, dependemos de ese virus, no podemos fallar. Se supone que eres la mejor entre todos los expertos. No estamos aquí por glorias personales, estamos aquí para salvarlos.

—Comandante, lo tengo claro. Los planos no son sencillos y el lenguaje de programación es muy antiguo y ya no se usa. Debe comprender que es difícil incluso para mí, incluso con el software de interpretación que cree no será fácil el desencriptamiento— dijo Diana —Además, soy una hacker, no una máquina.

—Esa respuesta merecería una noche en el calabozo— sentencié, —pero no tenemos tiempo para eso en este momento. Justamente tiempo es lo que Ana no tiene. La transmisión que interceptó el equipo de comunicaciones era clara y si llega a ser cierta vamos a perderlos a todos, el despliegue empezó en la madrugada, Komunumo no tendrá la capacidad de defenderse de esa incursión infernal si no le informamos.

—Perdóneme comandante, no estoy acostumbrada a esto, sé que me enlisté con la misión de protegerlos, pero entiéndame, esto no es magia, la programación tiene demasiadas complejidades— dijo Diana sin separar su mirada del ordenador —Estoy cerca introducir el virus, sólo necesito…

—Comandante Escarlata— Interrumpió Gema entrando bruscamente en la biblioteca —Las imágenes satelitales muestran que la avanzada de la EGEA está aproximadamente a dos horas de las coordenadas del enclave.

—¡Aquí esta! ¡Aquí esta! Encontré el segmento defectuoso del código— gritó Diana entre sollozos —Virus ejecutado, comunicación establecida. Podemos transmitir de inmediato comandante Escarlata.

—¿Gema, está lista la sala de transmisión?— pregunté a nuestra joven ingeniera de comunicaciones.

—Sí comandante, en el ala derecha del palacio, en la antigua sala de música.

—Prepárense para enlazar comunicación de emergencia en 5 minutos— dije saliendo de la biblioteca a toda velocidad hacia la sala de transmisión.

Me detuve unos instantes frente a uno de los pocos espejos que quedaban en el pasillo del palacio, hacía mucho tiempo que no reparaba en mi apariencia. Me vi tan pálida y cansada. Mis ojos azules habían perdido ese brillo que tenían antes, esta misión que comenzó hace un año me había absorbido por completo.

Me senté frente a la cámara mirando a Gema fijamente.

—5, 4, 3, 2… Comandante en línea.— dijo mientras centraba su atención en el mando de la cámara y en el centro de comunicaciones con cinco pantallas que controlaba Diana a su lado.

—Esta es una transmisión de emergencia para Ana, líder de Komununo de Espero. Repito, esta es una transmisión de emergencia para Ana, líder de Komununo de Espero— dije con voz firme.

Esperamos unos segundos, pero no hubo respuesta. Frente a mí, al lado de la cámara, habíamos instalado una pantalla donde esperábamos poder tener una videoconferencia, pero hasta el momento ninguna interacción.

Se escuchó una voz alarmada que decía —Ana está con los ancianos en su despacho, están informándola en este momento de su comunicación.

Nuestra pantalla comenzó a recibir imágenes, vi a una joven mujer quizá de unos treinta años encabezando una gran mesa acompañada por hombres y mujeres ancianos. Antes de que ella empezará a hablar tomé la palabra.

—Soy la comandante Alaska Escarlata, hago parte de la Fuerza de Reacción Inmediata del Movimiento de Protección Terrestre. Nuestra organización ha sido creada como último bastión de defensa de las comunidades terrestres que no han sucumbido ante el uso nuclear indiscriminado del gobierno global. Lamentamos no haber podido entablar comunicación con ustedes antes.

—¿Qué saben ustedes de nosotros?— interrogó Ana con rapidez

—Todo. Conocemos la historia completa de su comunidad desde que Elodia avanzó con la primera etapa de su proyecto. Pero, en este momento no tenemos tiempo para lecciones. Deben saber lo siguiente: no había sido posible contactarlos porqué su comunidad había sido encerrada en un domo electromagnético de alta tecnología casi indetectable— explique —el cual se fue cerrando con el paso de los años, por esta razón sus lecturas de contaminación, electromagnetismo y radiación fueron reduciéndose progresivamente.

—Entonces, ¿hemos estado encerrados todo este tiempo sin darnos cuenta? ¿Toda la tecnología que hemos desarrollado es obsoleta?— dijo Ana apretando su puño contra la mesa.

—No. Solamente está descalibrada, es útil y absolutamente necesaria ahora. Si en este momento su equipo realiza un análisis rápido en el entorno podrá reflejar la realidad al no tener la interferencia del domo, pero si lo hacen alertaran a la EGEA de inmediato— señalé rápidamente. —No se preocupen por esta transmisión, nuestra ingeniera la ha encriptado para que sea indetectable.

—No quiero ser descortés, pero necesito más información, qué es EGEA y de dónde salió esa documentación errada sobre nuestra comunidad, nos hace ver como una banda de desadaptados— señaló Ana.

—Ana, ¿puedo llamarla Ana?, discúlpeme pero no sé cuál es su cargo,  en la transmisión interceptada nos quedó bastante claro que usted es la persona a cargo— señalé.

—Le pido excusas por mi desatención al protocolo, como podrá imaginar la situación es extrema. Mi nombre es Ana Kuraĝa y soy la regente de Komununo. Y sí, claro que puede llamarme Ana.

—Gracias. EGEA es el Ejército Global de la Energía Atómica, fue creado por el gobierno global compuesto por los países más poderosos para centralizar la producción y comercialización de energía nuclear entre aquellos que estuvieran en capacidad de pagarla. Este gobierno global subyugó a casi todo el mundo libre en un modelo fascista y autoritario— expliqué, —pero algunos grupos en diferentes lugares del mundo se organizaron como ustedes. Aunque muy pocos tuvieron la posibilidad de interconectarse en esa primera etapa, algunos lo lograron. Ellos, leales a la humanidad, se organizaron en el Movimiento de Protección Terrestre.

—Entonces, si el mundo cayó cómo lo predijo Elodia, ¿Qué diablos vio Eliana?— preguntó Ana

—Embustes, los cargos con los que han acusado los lideres de las comunidades rebeldes, incluidos ustedes, fueron necesarios para justificar su búsqueda y así controlar, reprimir y condenar a todos los que han luchado por salvar el planeta. Nuestra misión es prevenir que sus comunidades sucumban ante esta maldad—dije. —Ahora tenemos una pequeña ventaja.

—Comandante, explíquese por favor. No veo ni una sola luz de esperanza en lo que usted nos está exponiendo. Nosotros, estábamos ciegos ante esta realidad.

—Ana, ya pudimos contactar con ustedes. Que Diana haya logrado infectar la red de la EGEA con un virus nos permite conectar a todas las comunidades que están aisladas. Si combinamos nuestros desarrollos tecnológicos y las nuevas habilidades informáticas, podríamos detener la amenaza nuclear— señalé. —Pero todo a su debido tiempo, por ahora debemos neutralizar el contingente que se moviliza a Komununo, tenemos menos de dos horas.

—Comandante, cuénteme ¿Cuál es su plan?

Reto  #EstrellasDeTinta2023, las normas las encuentras en https://plumakatty.blogspot.com/2022/12/reto-de-escritura-creativa.html

Los objetivos que cumple son:

PRINCIPAL: 

6− Cuenta una aventura que suceda en palacio.

SECUNDARIOS: 

27- Relata una escena que suceda en una biblioteca.

28- Cuenta una aventura sobre un hacker.

Cantidad de palabras: 2020

Protagonista femenina

Test de Bechdel: Si

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